Teniendo la montaña como nuestro campo base, una ruta de senderismo puede llevarnos a lugares muy diversos, por terrenos de dificultades variadas y, por supuesto, nuestro plan puede limitarse a una rápida escapada de un par de horas o de uno o incluso varios días.
Cualquiera que sea nuestra opción, hay ciertas previsiones y equipamiento que siempre debemos tener en cuenta. Y justo de eso vamos a hablar hoy, de cómo preparar adecuadamente y qué debemos llevar cuando practicamos senderismo.
Es una de las máximas que mencionamos en multitud de ocasiones, ya sea para afrontar las primeras ascensiones, para esquiar el backcountry y seguro que en multitud de otras ocasiones.
En este caso, saber dónde queremos ir para conocer las características de la ruta y así poder determinar con antelación, el tiempo que nos llevará, cuántos kilómetros haremos, el desnivel positivo, la dificultad técnica del trayecto… Y, por supuesto, también nos permitirá poder consultar las condiciones meteorológicas, lo que es fundamental.
Saber todo esto, además de ser una cuestión de seguridad (también hay que informar de a dónde vamos), también nos ayudará a elegir nuestra equipación con mayor precisión.
Pensad que aquí nos vamos a centrar en rutas de senderismo, por caminos marcados y de relativamente poca dificultad técnica. No entraremos, por ahora, en escapadas que combinen escalada, zonas técnicas de rocas, esquí…
Sin embargo, sobre todo cuando nos iniciamos, no siempre es fácil saber qué equipación es imprescindible y no podemos olvidar. Para eso estamos aquí, para ayudaros a hacer las cosas un poco más fáciles y seguras.
Como decíamos, tendréis que adaptar vuestra indumentaria a las condiciones meteorológicas, al clima de la zona donde vayáis a practicar senderismo y a la época del año. Incluso ahora, aunque vayamos de cara al verano, es muy importante consultar las previsiones.
Aun así, en la montaña ya sabéis que el tiempo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Por eso, siempre os aconsejaríamos llevar con vosotros una chaqueta fina y cómoda que os proteja del frío, el viento y la lluvia. Aunque se espere puro buen tiempo y calor.
También os recomendamos llevar ropa pensada para este tipo de actividad, que ofrezca buena transpirabilidad y que sea resistente a la abrasión, por si hay alguna caída.
En cuanto a los pantalones, a nosotros nos encantan los largos que, en caso de tener mucho calor o cuando paramos a comer, puedan desabrocharse los bajos quedándonos en pantalón corto.
Y aunque parezca una prenda de menor importancia, no os la juguéis con unos calcetines nuevos. Lo mejor es llevar unos viejos conocidos que ya sepamos que nos son cómodos y que nos ofrezcan algo de amortiguación en la planta. También preferimos que sean más bien altos, siempre ofrecen protección extra.
Lo mismo ocurre con la ropa interior. Debemos ir cómodos y, además, debe permitir una correcta transpiración.
Aunque vayas muy cómodo con tus deportivas del gimnasio, running, o las que sean tus favoritas, para caminar por la montaña también es importante proteger los pies de posibles impactos, por ejemplo, con piedras en el camino.
Además, que cuente con protección contra el agua, para mantener los pies secos en caso de que empiece a llover o encontremos charcos, también será muy importante. Al igual que la suela, que debe ofrecernos el mejor agarre posible en terrenos deslizantes, algo bastante habitual en la montaña.
Por otro lado, si no estáis muy acostumbrados a caminar por la montaña, no estaría de más optar por un calzado más alto que os proteja los tobillos de posibles torceduras.
¡Imprescindible! Siempre, practiquemos el deporte al aire libre que practiquemos. Por eso, no podrá faltar en nuestra mochila un protector solar, gafas de sol y una gorra o gorro que también nos proteja la cabeza del calor extremo.
Otra cosa que jamás podemos olvidar es llevar agua con nosotros. Aunque podemos llevarla en botella, hay que reconocer que la mochilas con sistema de hidratación (Camelbak) son súper cómodas y prácticas. Si vuestra ruta es larga y necesitáis más capacidad, entonces no olvidéis un bidón para ir rellenando agua siempre que podáis.
Y por supuesto, no olvidemos la comida necesaria. Incluso si es una escapada corta no está de más con nosotros llevar una barrita o frutos secos por si el esfuerzo nos supera.
Y no uno cualquiera, sino uno que sepamos utilizar. Ya sea un mapa o brújula para los amantes de la aventura a la antigua usanza, o el que podamos llevar en nuestro smartphone, reloj deportivo o dispositivos como el Garmin inReach Mini 2.
Lo importante no es tanto lo moderno que sea, sino que sepamos usarlo porque de nada nos servirá llevarlo si luego no puede ayudarnos a encontrar un camino de vuelta en caso de perdernos.
Por supuesto, en el caso de llevarlo en el móvil tened en cuenta que sea una aplicación que pueda funcionar vía GPS y no por cobertura móvil, porque esta puede que no os acompañe siempre.
Cuanto más ligeros viajemos mejor, eso debemos tenerlo claro, pero aun así hay ciertos utensilios que no podemos olvidar meter en nuestra mochila como un pequeño botiquín de primeros auxilios, una navaja multiusos, una luz frontal por si nos pilla la noche, nuestra documentación, una lista de teléfonos de emergencia y sí, el móvil.
Si la escapada va a ser algo complicada y larga, pensad también en llevar una manta de emergencia.
¡Y por supuesto! Una mochila de senderismo, no la tengamos en casa de bonito o la de los niños para ir al cole. Nos ofrecerá protección lumbar, podremos llevarla bien sujeta para no cargar la espalda más de la cuenta y además permitirá que nuestra espalda transpire evitar acabar con la camiseta empapada en sudor a los 5 minutos.
También incluiríamos en el equipo bastones para andar, nos ayudarán en zonas que puedan ser más complicadas y son un alivio para nuestras rodillas.
Además de los básicos que os hemos especificado hasta ahora, si la ruta va a durar varios días indudablemente hará falta cargar con más material.
Por un lado, hay que asegurarse dónde dormir así que, tendremos que llevar la tienda de campaña (a no ser que tengáis la ruta programada de refugio en refugio) y saco de dormir -si os cuesta o nunca lo habéis probado, echad un vistazo a nuestros consejos para dormir mejor cuando vamos de acampada-.
Tampoco puede faltaros una toalla de secado rápido que ocupe poco, como las de microfibra, jabón para lavaros, algunos imperdibles (¡no sabéis lo útiles que pueden llegar a ser!), unas chanclas para airear los pies al final de la jornada y para ducharos (en el refugio, albergue…).
En caso de viajar completamente por libre y huir de estos centros, entonces también hace falta llevar utensilios de cocina (hornillo, olla y sartén, cubiertos, vasos, platos…).
Una vez tenemos claro todo lo que necesitamos, no está de más hacer una lista e ir tachando las cosas conforme las vamos metiendo en la mochila. ¡Así seguro que no nos dejamos nada!
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