Fiesta de alto vuelo en la quinta noche del Poncho

2022-08-08 10:42:02 By : Mr. Qida Guo

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Las noches de la 51° edición de la Fiesta del Poncho avanzan y la quinta luna tuvo como característica el clima festivalero que generaron las propuestas musicales d el riojano Sergio Galleguillo y el salteño El Indio Lucio Rojas, cuyas actuaciones ya se han transformado en un claro sinónimo de fiesta para el público catamarqueño.

El reconocido músico de La Rioja se ha convertido, a través del paso de los años, en una figura infaltable en el mayor festival folclórico de Catamarca a partir de la puesta en escena de un espectáculo que se nutre y tiene su esencia en la tradicional chaya. Está claro que para esa altura de la noche no faltó quien cantara sus canciones y que los pasillos del salón principal se llenaron de gente bailando, incluso hasta arriba del escenario. “Queríamos volver a este festival, que tanto bien nos hace. Solo le pido que lo cuiden y que siga creciendo como hasta ahora…”, expresó minutos antes de subir al escenario ese cantor popular al que todos identifican en el ambiente folclórico como el “Gallo” y dejando en evidencia su eterno amor por el Poncho.

Niña Chay y Para Los Ojos más Bellos fueron sólo algunas de las clásicas composiciones que interpretó, acompañado por una renovada banda conformada por destacados artistas locales. Caminó, saltó y cantó por todo el escenario. Para cerrar su repertorio eligió El Camión de Germán, recibiendo la ovación que se merecía.

La cálida noche del martes 19 ofreció, también, un sentimiento festivalero a partir de las clásicas chacareras con olor a patio de tierra que siempre tiene para convidar Lucio “El Indio” Rojas, generando que esas ganas de bailar del público no cesaran en ningún momento. Acompañado por su hermano Alfredo y el notable bandoneonista catamarqueño Antonio Serrano, el cantor oriundo del Chaco salteño y Consagración de Cosquín en 2019 aportó su talento y la fuerza de su voz para cautivar, una vez más, a la gente, manteniendo vigente ese mensaje de unión y defensa de la cultura nativa. Escucharlo es compartir canciones muy queridas que tienen que ver con la manifiesta identidad de su canto. Es como caminar a su lado por aquella greda fresca del pasado, entender de dónde vienen sus raíces y cantarle al algarrobo o al mistol. En otras palabras, es mirar a los ojos de los pueblos originarios. Yo Soy el Indio fue la canción con la que abrió su actuación e inmediatamente entabló una conexión instantánea con la gente. Jurabas Tú y Nunca es Tarde conformaron también parte de un repertorio diseñado casi en un formato de peña, que le permite hacer lo que mejor le gusta: cantar.

Los exponentes de la música local también supieron aportar su talento en una noche muy especial del Poncho. Y así, lo demostró Alico Espilocín, ese cantor catucho que siempre le canta a su tierra y mantiene inalterable un sentimiento con profunda raíz folclórica. En esta ocasión, presentó “Que los niños vuelvan a cantar”, apelando a canciones que lo identifican con su niñez como Que Vengan los Chicos y Será lluvia, para despedirse con “Que canten los niños”, aquel clásico que atravesó a una generación a través de la voz de José Luis Perales.

La presencia femenina en el Escenario Mayor estuvo a cargo de la exquisita voz de Lorena Loy Carrizo, cantautora de Mutquín que va construyendo un nombre propio y comienza a transformarse -a través de sus diferentes composiciones- en una referente del folclore y la música popular de Catamarca. Mi Verdad y Vuelve dejaron en evidencia su pasión y talento musical.

El dúo conformado por Nelson Villagra y el eximio bandoneonista Omar Barrionuevo aportó experiencia en su clásico repertorio estructurado en el cancionero autóctono; mientras que ç Roxana Castro volvió a decir presente en el escenario mayor del festival con su particular propuesta basada en stand up.

El sobresaliente proyecto musical de Carafea le permitió al público comenzó a transitar el último tramo de la noche. Con canciones que la gente ya adoptó como propias, demostraron que se trata de una expresión artística que mantiene su esencia y que tiene muy en claro su horizonte musical. Con la voz de Rafael Salas y el aporte de Pablo Reinoso, Enzo Zelarayán, Luis Bazán y Chino Décima, renovaron un show en el que reflejaron su particular sello, ese que genera que la gente no dude un instante en bailar y revolear sus pañuelos al aire.

En paralelo, los conjuntos de La Triada y Las Voces del Viento cumplieron con sus propuestas musicales y confirmaron, una vez más, porque ya cuentan con un nombre propio en el cancionero popular de Catamarca. Zambas, huaynos y chacareras se conjugaron para poner en escena un especial clima de fiesta.

También brindaron su aporte a una noche particular de Poncho la Banda de Música de la Policía de Catamarca y el Ballet Piriqui Pérez, que fiel a su estilo aportó color con sus clásicas danzas nativas. A ellos se sumaron las delegaciones de Capayán y de Belén (más precisamente con expresiones folclóricas que propias de las jurisdicciones de la cabecera departamental, Londres y la Puerta de San José. Una noche tan intensa como festivalera, de esas que sólo ofrece la Fiesta Nacional del Poncho.

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