El Camino de Santiago ha recuperado las cifras prepandemia e incluso las ha superado. A 1 de junio del 2022, la Oficina del Peregrino ha expedido más de 105.000 compostelas, un 17% más que en el año 2019. 

Muchas personas se marcan como objetivo hacer el Camino de Santiago, al menos, una vez en la vida. Las opciones para lograrlo son muchas: hay más de 256 caminos que pueden recorrerse a pie, en bicicleta, solo o acompañado. 

Cada vez es más frecuente viajar con nuestras mascotas y, si son activas, se lo pasarán en grande recorriendo el Camino. Durante tus días de peregrino no solo pondrás a prueba tu resistencia física, sino que descubrirás enclaves y personas únicas y fortalecerás todavía más la relación con tu perro. 

Sin embargo, antes de adentrarte en esta aventura con tu fiel compañero, hay varios aspectos que debes tener en cuenta.

El Camino de Santiago está compuesto por 80.000 kilómetros repartidos por 256 caminos, países diferentes y señalizados como Itinerario Cultural Europeo. 

A la hora de elegir el qué queremos hacer, deberemos tener en cuenta nuestra condición física, el tiempo del que disponemos y la climatología.

Si vas con tu perro, lo recomendable es que elijas un recorrido de 120 kilómetros, como máximo. Si no sabes qué camino elegir y es tu primera vez en el Camino de Santiago, lo mejor será que te decidas por las rutas más famosas: puedes completar unas cuantas etapas del Camino Francés o del Camino Primitivo o hacer el recorrido completo del Camino Portugués. 

Asimismo, para no pasar frío ni arriesgarse a que tú o tu mascota sufráis un golpe de calor, lo recomendable es hacer el Camino de Santiago en primavera u otoño para disfrutar de unas temperaturas más suaves. Además, encontrarás menos afluencia de peregrinos que en la temporada veraniega. 

Aunque tú y tu perro ya llevéis una vida activa, debes tener en cuenta que el Camino de Santiago es todo un ejercicio de resistencia que implica caminar entre 20 o 30 kilómetros diarios. 

Por ello, ambos necesitaréis una preparación física y unos meses antes de vuestro viaje, ampliar el tiempo y recorrido de vuestros paseos. Más allá de este aspecto, también deberás velar por la salud de tu mascota de la siguiente manera:

Durante el Camino, tendrás que llevar agua suficiente para los dos y un cuenco para que tu perro pueda hidratarse cómodamente. Recuerda ofrecerle agua a tu mascota con frecuencia. 

Por lo que respecta a la comida, puedes llevar bolsitas de pienso de casa o comprarlas en algunos pueblos del Camino. Muchos restaurantes también te prepararán comida especial para tu mascota (si es pollo, no le des nunca los huesos, ya que se pueden astillar).

Además, también deberías llevar un chubasquero o una toalla de microfibra para tu mascota por si os pilla un día de lluvia. Por otro lado, y aunque puedes llevar a tu perro suelto, sigue siempre las normas básicas de convivencia y átalo con la correa cuando haya mucha gente u otros perros o cuando transites cerca de una carretera. Asimismo, recoge sus excrementos y deséchalos de forma adecuada. 

Por último, debes saber que no todos los albergues aceptan perros, por lo que hacer el Camino con tu perro exige una mayor planificación. 

Finalmente, solo te queda disfrutar de esta experiencia que se convertirá en una de tus preferidas al lado de tu perro.

Para hacer el viaje todavía más entrañable, puedes pedir el credencial del perregrino o la Perregrina, un documento simbólico creado por la Asociación Protectora de Animais do Camiño (APACA) y que recoge el esfuerzo hecho por nuestro amigo de cuatro patas.